El diagnóstico temprano por parte de un especialista es clave para abordar de forma correcta los problemas del habla y lenguaje. Nunca hay que subestimar este tipo de alteraciones. El logopeda es el experto que ha de diagnosticas e indicar el tratamiento individualizado para dichas patologías.

¿Qué tipo de tratamientos suelen tener las patologías del habla y lenguaje?

La intervención y tratamiento logopédico en niños es muy amplio y variado en función de las dificultades que presenten nuestros niños.

Van desde ejercicios de respiración, soplo, articulación, lectoescritura como audición, deglución, memoria y comprensión visual y auditiva, sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación…

¿Tienden a subestimarse este tipo de alteraciones?

Hoy en día es cada vez más habitual quitar importancia a pequeñas señales de nuestros hijos cuando están en la etapa de desarrollo del habla y del lenguaje. Es frecuente pensar que se trata de algo puntual que desaparecerá con el tiempo, pero, en muchas ocasiones, esta espera puede ser perjudicial para nuestro hijo.

«Hay que desterrar afirmaciones como ‘esperar’, ‘ya hablará’ o ‘aún es pequeño, tranquilo’, que se escuchan de forma a habitual y que no son correctas en la mayoría de los casos».

¿Cuándo deben acudir los padres al logopeda?

Es importante destacar que cuanto antes se produzca la intervención adecuada mejores y tempranos resultados se obtendrán.

Qué señales suponen una alerta en el desarrollo del lenguaje de los pequeños:

  • Hasta los seis meses: falta de llanto, sonrisa o balbuceo
  • Hasta el primer año: hablar sin consonantes y falta de interacción
  • Entre el año y el año y medio: pocas palabras y sin señalar
  • Hasta los dos años: no nombrar personas
  • Entre dos y tres años: dificultad al construir frases
  • Hasta los cuatro años: resultar incomprensible a otras personas
  • Entre cinco y seis años: incapacidad para contar una experiencia
  • Hasta los seis años: falta de comprensión y expresión

La importancia del diagnóstico en logopedia

Los niños empiezan su desarrollo desde recién nacidos y conservan esta plasticidad en el desarrollo del lenguaje hasta los seis años. «La adquisición del lenguaje es un continuo encadenado; por tanto, si se ocasiona un retraso en algún momento del crecimiento y no se actúa, el resto de los procesos se verán inevitablemente alterados».