La tensión ocular, también conocida como presión ocular, hace referencia al rango de presión que se puede medir en el interior del propio globo ocular. Esta presión sigue un ritmo circadiano que está directamente relacionado con el ritmo sueño-vigilia.

¿Qué es la tensión ocular?

El ojo necesita una determinada presión para mantener su forma y poder funcionar de una manera adecuada.

Cuando hay un equilibrio entre la eliminación y la producción del humor acuoso, esta presión se mantiene constante. Sin embargo, si la producción aumenta o se elimina una cantidad insuficiente, sube la presión, lo que puede presionar el nervio óptico y afectar a la visión.

Otro dato que cabe reseñar es que una tensión elevada constituye un factor de riesgo considerable que predispone a sufrir un glaucoma.

¿Cuál es el rango saludable de presión intraocular?

La presión intraocular máxima se alcanza, de forma aproximada, entre las 8 y las 11 de la mañana. El mínimo, por el contrario, se suele registrar entre las 12 y las 2 de la noche. En lo que se refiere a la variación existente a lo largo del día, ésta puede llegar a ser de hasta 5 mmHg.

Los niveles de presión se miden en milímetros de mercurio, con las siglas mmHg. Para que una persona se considere que está en un rango normal, esta presión debe oscilar entre 11 y 21 mmHg. Estos valores dependen de otros parámetros del ojo que debe evaluar en oftalmólogo especialista. A veces valores fuera del rango pueden ser normales y valores dentro del rango pueden ser anormales.

Hay que destacar también que esta presión no tiene ningún tipo de relación con la presión arterial.

¿Cómo se mide la presión intraocular?

Para poder conocer cuál es el nivel de presión intraocular, los especialistas utilizan una herramienta que se conoce como tonómetro. Este instrumento mide la tensión de los fluidos que se hallan dentro del ojo.

Hoy en día, hay tonómetros de aire. Con ellos no es preciso que exista ningún tipo de contacto con el ojo. Funcionan lanzando una pequeña corriente de aire directamente hacia la córnea y llevan a cabo la medición de su resistencia a la deformidad.

La cantidad de aire que es necesaria para que la córnea se aplane es la que indica cuál es la tensión del ojo en ese momento. Esta prueba es indolora y se acomete en un corto espacio de tiempo, sin ninguna molestia.

Otros tonómetros son de contacto. Con ellos, la medición se realiza apoyando en instrumento sobre la superficie del ojo. Ejemplo de este tipo de tonómetros son el tonómetro de Perkins y el tonómetro de Goldmann. Para evitar molestias, antes de realizar la medición ponemos una gota de anestesia en la superficie del ojo. La medición se realiza en pocos segundos y es más fiable que la que realizan los tonómetros de aire.

Con la presión intraocular elevada, ¿significa que hay glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad compleja que afecta a los ojos. No se produce únicamente por un solo factor y atesora características propias. Este es el caso de los daños en el nervio óptico o de la pérdida de parte o de la totalidad del campo visual.

Tener una tensión elevada sí supone un riesgo de padecer la enfermedad. Sin embargo, hay pacientes que la manifiestan pero que no presentan este síntoma. Realmente no existe un nivel específico de presión que lleve, de forma inequívoca, a desarrollar la enfermedad.

La tensión ocular debe ser controlada cada cierto tiempo para vigilar que no alcanza valores que puedan llegar a ser peligrosos para el ojo. Las revisiones periódicas son indispensables para detectar a tiempo posibles problemas.