Si tu hijo muestra con mucha frecuencia ira, irritabilidad y se niega a obedecer es posible que padezca el denominado comportamiento negativista desafiante. Se trata de un trastorno bastante común en niños y adolescentes que requiere de un tratamiento para que no afecte a su desarrollo y a sus relaciones sociales. El psicólogo de Clínica Castillo Santiago Poveda Jiménez nos explica los síntomas de este comportamiento y cómo afrontarlo.

La prevalencia del comportamiento negativista desafiante se estima que está en el mundo entre el 2 y el 16%. Para reconocer este comportamiento es importante atender a unos síntomas recurrentes que lo caracterizan.

Síntomas del comportamiento negativista desafiante

  • Enfados muy comunes, casi constantes y por razones, en muchas ocasiones, triviales;
  • Discusiones con los padres y otros adultos frecuentes;
  • Estado de ánimo irritable, enfadándose con las personas de su entorno;
  • Desobediencia ante las órdenes y peticiones de padres y adultos;
  • Comportamientos molestos hacia sus semejantes, buscando alterarles de forma intencionada;
  • No reconocimiento de responsabilidad ante los propios actos;
  • Actitudes rencorosas y vengativas.

 Gravedad del trastorno

Esta conducta puede darse en casa, en el colegio o con amigos, entre otros ambientes. Si los síntomas se dan en un solo entorno, los expertos hablan de comportamiento leve; si se producen en dos de los entornos mencionados, nos encontramos ante un trastorno moderado y, por último, si varios de los síntomas se presentan en tres entornos ya nos encontramos ante un trastorno grave.

¿Conocemos las causas?

Las causas precisas del comportamiento negativista desafiante no son conocidas, aunque está demostrada la existencia de factores de riesgo como problemas de crianza, conflictos familiares (divorcios, muertes, progenitores con conductas adictivas…) y entornos desestructurados.

Consulta al psicólogo

Si se detectan varios de estos síntomas en la vida cotidiana con el menor o adolescente la mejor medida por parte de los padres o tutores es consultar a un especialista. La psicoterapia ha demostrado efectividad en este trastorno. Las terapias de interacción entre padres e hijos, así como las terapias individuales están dirigidas a reforzar comportamientos positivos, mejorar la relación entre los adultos y el niño o adolescente y enseñar al menor a controlar su ira y expresar sus sentimientos de forma saludable.

Además, el tratamiento indicado por el psicólogo debe buscar ayudar al afectado a mejorar sus habilidades sociales, aprendiendo a interactuar con adultos y compañeros.