La terapia visual es un tratamiento que permite mejorar y desarrollar habilidades visuales y ayuda al niño con problemas de aprendizaje y de fracaso escolar. Natalia Cruz, óptico-optometrista de Clínica Castillo, explica cuándo debe indicarse
Hay diversos síntomas visuales oculares que pueden servir para recomendar la aplicación de la terapia visual. Los principales son:
- Visión borrosa de cerca.
- Saltar los renglones al leer.
- Dolor de cabeza, sobre todo a última hora de la tarde o después de muchas horas de trabajo de cerca.
- Sensación de quemazón o picor en los ojos
- Pérdida de concentración cuando el sujeto debe realizar trabajos visuales que requieren ver de cerca.
- Visión doble.
- Lectura lenta o incorrecta.
- Dificultades o incapacidad para atender y concentrarse en tareas visuales de forma prolongada.
- Bajo rendimiento escolar.
- Limitada agudeza visual.
La terapia visual es una buena opción terapéutica para pacientes con alteraciones de la visión binocular desde edades tempranas. Hay muchos síntomas oculares que no se solucionan solo con la prescripción de la corrección óptica, sino que necesitan de una correcta terapia visual para conseguir una mejor calidad de vida y un desarrollo adecuado en el niño.
La mejor edad para la terapia visual
La terapia visual no tiene edad, pero es recomendable a partir de los 5 o 6 años. Lo más importante es que el niño pueda comprender las instrucciones que le proporciona el optometrista.
Todas las personas que deseen mejorar el funcionamiento de su sistema visual para conseguir una visión más eficiente pueden someterse a este tratamiento. La terapia visual ayuda a completar el proceso normal de desarrollo del sistema visual, en especial en niños y jóvenes que emplean la visión cercana de forma frecuente.