El trastorno de compras compulsivas implica una necesidad irresistible por comprar de forma masiva objetos no necesarios. Con la llegada del Black Friday este trastorno puede incrementarse en muchos ciudadanos. El psicólogo Santiago Poveda Jiménez nos ayuda a comprender este trastorno y proporciona claves para abordarlo

Las personas que sufren el trastorno de compras compulsiva padecen también de forma frecuente, asociada al mismo, irritabilidad, ansiedad o malestar. No es una patología que deba subestimarse pues puede afectar de forma decisiva a la calidad de vida. Según diversos estudios, la edad media de inicio de esta adicción se sitúa en torno a los 18-30 años de edad y puede convertirse en crónico. Además, los expertos advierten que con los confinamientos este trastorno ha aumentado: ahora se ha desplazado a Internet y los afectados tienen mucho más fácil comprar sin ningún control.

Existen técnicas que han sido profundamente estudiadas por el campo del marketing llamado comportamiento del consumidor. Las estrategias de marketing que usan las grandes empresas buscan ganar clientes y vender lo que quieren y al precio que han decidido.

Ahora, inmersos en pleno Black Friday y como señal de inauguración de las compras navideñas, es difícil escapar de estos bombardeos publicitarios, campañas de marketing que invitan al consumismo y motivan a hacer numerosas compras. Este ambiente puede activar una gran ansiedad en personas que tienen dificultades para controlar su impulso de comprar.

Claves para combatir las compras compulsivas

El Black Friday incita a comprar por impulso, a consumir por consumir sin que haya una necesidad real. Por esto, debemos valorar y planificar nuestras compras tomando conciencia de que SOLO COMPRAREMOS AQUELLO QUE VAMOS A NECESITAR, sin caer en el impulso de comprar por el descuento que puedan ofrecer con límite de tiempo y sin valorar racionalmente cuánto cuesta y que utilidad y valor tiene para nosotros. El descuento con fecha de caducidad es lo que nos genera esa urgencia de comprar, aunque no lo necesitemos.

Cuando compramos, recibimos una recompensa inmediata que nos produce satisfacción, sobre todo si es algo que deseamos y que además está rebajado. Este objeto actúa como un refuerzo inmediato, lo cuál genera una sensación de placer de manera rápida e intensa. Pero esta sensación va  disminuyendo su duración a medida que la acción de comprar se vuelve compulsiva, repetitiva, pudiendo convertirse en un problema al necesitar volver a comprar para de nuevo generar esa sensación de bienestar.

Entonces, debemos tener en cuenta que comprar moderadamente no significa ser adicto a las compras, pero comprar impulsivamente y repetir la acción refuerza un comportamiento que a la larga puede llegar a ser adictivo.

Acudir al psicólogo

Finalmente, acudir al psicólogo es imprescindible para realizar un tratamiento efectivo. La psicoterapia ha demostrado tener resultados muy satisfactorios en el abordaje del trastorno de compras compulsivas.